Encuentro con Bartolomé Garelli
Narrador: Don Bosco. Tenía entonces unos 30 años. Fue el encuentro que tuvo con un muchacho de nombre Bartolomé Garelli el 8 de diciembre de 1841: “En dic de la Inmaculada Concepción de Maria estuve a punto de vestirme los Sagrados Ornamentos para celebrar la Santa Misa.
El sacristán, José Comotti, viendo a un joven en el lugar lo invitó para que viniera a ayudar a Misa.
Bartolomé: No sé – le respondió el joven avergonzado
Sacristán: Ven! – le contestó el otro- quiero que ayudes a misa
Bartolomé: No sé – repitió el jovencito- nunca lo he hecho.
Sacristán: Qué animal eres! – dijo el sacristán furioso – Si no sabes ayudar a misa ¿para qué vienes a la sacristía? ( Y diciendo esto tomó un plumero y le golpeó el hombro y la cabeza del muchachito
Narrador: Mientras don Bosco replicó:
DON BOSCO: ¿Qué haces? – grité yo en alta voz- ¿Por qué lo golpeas?
Sacristán: Porque viene a la sacristía y no sabe ayudar a misa
Don Bosco: Ha hecho mal...
Sacristán: Y a Ud. ¿qué le importa?
Don Bosco: Es mi amigo. Llámalo inmediatamente. Tengo que hablar con él.
Narrador: El muchacho llegó mortificado, con la chaqueta llena de manchas de cal. Era un joven inmigrante. Entonces Don Bosco le pregunto
Don Bosco: ¿Has escuchado Misa?
Bartolomé: No
Don Bosco: Ven a escucharla, luego te hablaré de algo que te va a gustar.
Narrador: Terminada la misa y la acción de gracias lo llevo al Corito y con la cara bien alegre le hablo y le dijo:
Don Bosco: Buen amigo, ¿cómo te llamas?
Bartolomé: Bartolomé Garelli
Don Bosco: ¿De dónde eres?
Bartolomé: Del pueblo de Asti
Don Bosco: ¿Qué oficios tienes?
Bartolomé: Soy albañil
Don Bosco: ¿Está vivo tu padre?
Bartolomé: No, ya murió
Don Bosco: ¿Vive tu mamá?
Bartolomé: También ella murió
Don Bosco: ¿Cuántos años tienes’
Bartolomé: Dieciséis
Don Bosco: ¿Sabes leer y escribir?
Bartolomé: No ...
Don Bosco: ¿Sabes cantar?
Bartolomé: No ...
Don Bosco: ¿Sabes silbar?
Bartolome (Aquí Bartolomé se rió).
Don Bosco: ¿Hiciste la primera Comunión?
Bartolomé: Todavía no
Don Bosco: ¿Te has confesado?
Bartolomé: Si, cuando era más chico
Don Bosco: Y, ¿te vas al catecismo?
Bartolomé: No me atrevo. Los chicos se ríen de mi.
Don Bosco: Y si yo te enseñara el Catecismo ¿vendrías?
Bartolomé: Si, con mucho gusto
Don Bosco: También ¿en este lugar?
Bartolomé: Si, pero con tal que no me peguen
Don Bosco: Quédate tranquilo. Ahora que eres mi amigo nadie te tocará
Don Bosco: Y cuando quieres que empecemos?
Bartolomé: Cuando Vd. quiera
Don Bosco: ¿Ahora mismo?
Bartolomé: Si, con mucho gusto”.
NARRADOR: Don Bosco se arrodilló y rezó el Ave María. Sobre este hecho, cuarenta y cinco años más tarde dirá a sus salesianos: Todas las bendiciones llovidas del cielo son fruto de ese primer “AveMaría” dicho con fervor y recta intención”. Terminado el Avemaría Don Bosco le hizo a Bartolomé una primera catequesis y lo invitó a volver el siguiente domingo a otras catequesis pero trayendo algunos amigos más.
Así, al domingo siguiente, vinieron los primeros nueve jóvenes a la catequesis con don Bosco. Con esto había nacido la gran obra de los ORATORIOS SALESIANOS al mejor estilo de la pedagogía de Don Bosco.